Cultivando su matrimonio y protegiéndolo de la impureza (Cultivating Your Marriage and Guarding It from Impurity)

La comunicación es crucial. Cada infidelidad comienza con el engaño, y en la mayoría de casos se inicia con secretos aparentemente inocentes como, “ella no necesita saber esto.” Si está casado, evalúe periódicamente la relación con su cónyuge. Esté atento a las señales de alerta de descontento, falta de comunicación, y una mala relación sexual. 

Vivimos en un mundo caído. Incluso los matrimonios cristianos pueden llenarse de resentimiento, aburrimiento o dolor. Esto nos hace más vulnerables a la intriga y al deseo por una nueva persona. La respuesta, sin embargo, no es una persona nueva, sino una nueva apreciación de la persona “vieja”. El aburrimiento puede ser superado, y la atracción se puede volver a encender.

Un hombre en nuestra iglesia compartió con un grupo de hombres que sentía que sus ojos se habían desviado de su esposa, y que ya no le parecía atractiva para él. Al darse cuenta de que esto no era el deseo de Dios, se comprometió a orar diariamente para que Dios haga que su esposa se vuelva la mujer más atractiva del mundo para él. Dentro de un mes esa oración fue respondida de manera decisiva. Después de escuchar su historia, otro hombre hizo lo mismo y también obtuvo resultados dramáticos. Ambos de sus matrimonios son mejores ahora de lo que han estado en años. (Tal vez sus esposas estaban orando por lo mismo, pero estoy convencido de que Dios respondió a las oraciones sinceras de estos hombres). 

A veces nuestros problemas matrimoniales necesitan ayuda desde el exterior. Sin embargo, muchos cristianos son demasiado orgullosos para pedir ayuda. Ellos se niegan obstinadamente a admitir sus luchas y pedir consejería—hasta después de que caigan en la inmoralidad. Si su matrimonio o vida personal está fallando, obtenga ayuda ahora antes de que se haga un daño mayor. El costo a largo plazo de no tragarnos nuestro orgullo es muy superior a cualquier ganancia a corto plazo.

Ayudarse de libros, CD’s, videos y seminarios equipados para la mejora su matrimonio. Vaya un fin de semana a un retiro matrimonial que ofrece el ministerio Family Life. Cuando estábamos recién casados, mi esposa y yo fuimos a un fin de semana de enriquecimiento matrimonial, y nos sorprendimos al revelar sentimientos y descubrir diferencias en la perspectiva de que, aunque no eran importantes, podrían haber causado problemas graves en el camino si se hubieran dejado desatendidos. Recientemente, décadas más tarde, asistimos a una conferencia matrimonial en nuestra iglesia y aprendimos que mientras que nuestro matrimonio se había profundizado y era más fuerte que nunca, todavía habían cosas que se tenían que discutir. Agradecemos a Dios por el recordatorio a una mejor comunicación ofrecido por esa conferencia.

Después de referirme sobre algunos de estos problemas en una conferencia, una mujer compartió su historia. Hace un año, su marido se le había acercado en lágrimas, confesando su atracción por una mujer cristiana con la que trabajaba. Él estaba bajo constante tentación y se sentía que había fallado. Él se comprometió a dar marcha atrás en aquella relación y le pidió a su esposa que por favor le entienda y orara por él. Al principio ella se sentía herida, pero se dio cuenta de que necesitaba ayudarlo en lugar de compadecerse de sí misma.

¿El resultado? No sólo el salió de dicha relación, pero también a través del apoyo de su esposa ellos se acercaron más que nunca. En lágrimas, me dijo, “Hace dos meses mi marido murió de repente. Yo sé que si él no hubiera sido honesto conmigo esa noche, el hubiera terminado en una aventura con la mujer, y tal vez me hubiera dejado. Él hubiera muerto en pecado, sin estar preparado para encontrarse con Dios, y yo hubiera vivido el resto de mi vida en duelo por su aventura. Pero eso no es lo que ocurrió. Sus últimas palabras para mi fueron: ‘Te amo’, y yo sabía que era cierto, me lo había demostrado con sus actos. Doy gracias al Señor todos los días que pienso en él con total respeto y admiración por amar a Dios y a mí lo suficientemente para ser honesto acerca de sus luchas.

La lujuria prospera en lo secreto. No hay nada que desactive la lujuria tan eficazmente como la exposición a luz. La comunicación honesta entre marido y mujer los hace aliados, no adversarios. Cuando se habla de tentación sexual, hay ambos, dolor inicial y un alivio inmediato. Y mientras que el intercambio de nombres específicos, no siempre es necesario, los cónyuges pueden entender mejor a sus compañeros, orar con mayor eficacia, y ser más sensibles a las necesidades de cada uno-todo eso unirá estrechamente a la pareja.


Cultivating Your Marriage and Guarding It from Impurity

Communication is crucial. Every affair begins with deception, and most deception begins with seemingly innocent secrets such as, “she doesn’t need to know this.” If you’re married, regularly evaluate your relationship with your spouse. Watch for the red flags of discontentment, poor communication, and a poor sexual relationship.

We live in a fallen world. Even Christian marriages can become filled with resentment, boredom, or hurt. This makes us more vulnerable to the intrigue and excitement of a new person. The answer, however, is not a new person, but a fresh appreciation of the “old” person. Boredom can be overcome, and attraction can be rekindled.

A man in our church shared with a group of men that he found his eyes wandering from his wife, who no longer seemed attractive to him. Realizing this was not God’s desire, he committed himself to praying daily that God would make his wife the most attractive woman in the world to him. Within a month that prayer was decisively answered. After hearing his story, another man did the same thing and also saw dramatic results. Both of their marriages are better now than they’ve been in years. (Perhaps their wives were praying the same thing, but I am convinced God answered the heartfelt prayers of these men.)

Sometimes our marriage problems need assistance from the outside. Yet many Christians are too proud to ask for help. They stubbornly refuse to admit their struggles and get counseling—until after they fall into immorality. If your marriage or personal life is faltering, get help now before greater damage is done. The long-term cost of not swallowing our pride far exceeds any short-term gain.

Avail yourself of books, CDs, videos, and seminars geared to improving your marriage. Go to a Family Life Ministries’ Weekend to Remember. When we were newlyweds, my wife and I went on a Marriage Enrichment weekend, and were surprised to uncover feelings and discover differences in perspective that, though they weren’t major, could have caused serious problems down the road if left unheeded. More recently, decades later, we attended a marriage conference at our church and found that while our marriage had deepened and was stronger than it had ever been, there were still things we needed to discuss. We thank God for the prompting to communicate offered by that conference.

After I addressed some of these issues at a conference, a woman shared her story. A year earlier her husband had come to her in tears, confessing his attraction to a Christian woman he worked with. He was under constant temptation and felt himself slipping. He committed himself to backing off from the relationship and asked his wife to please understand and pray for him. She was initially hurt but realized she needed to help him rather than feel sorry for herself.

The result? Not only did he get out of the relationship, but through his wife’s support they drew closer than ever before. In tears she told me, “Two months ago my husband died without warning. I know that if he hadn’t been honest with me that night, he would have ended up in an affair with the woman, and perhaps would have left me. He would have died in sin, unready to meet God, and I would have lived the rest of my life grieving his affair. But that isn’t how it happened. His last words to me were, ‘I love you,’ and I know it was true—he had proven it by his actions. I thank the Lord every day that I think of him with complete respect and admiration for loving God and me enough to be honest about his struggles.”

Lust thrives on secrecy. There is nothing that defuses lust as effectively as exposure. Honest communication between husband and wife makes them allies, not adversaries. When discussing sexual temptation, there is both initial pain, and some immediate relief. And while sharing specific names is not always necessary, spouses can better understand their mates, pray more effectively, and be more sensitive to each other’s needs—all of which will draw the couple together.

Photo by Gianni Scognamiglio on Unsplash

Randy Alcorn (@randyalcorn) is the author of over sixty books and the founder and director of Eternal Perspective Ministries

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